domingo, 22 de febrero de 2015

¿NECESITAS AYUDA?


¿Sueles hacerte esa pregunta a ti mismo?

Si la  respuesta es NO  tú debes ser un gurú de la sabiduría, totalmente independiente que le gusta leer estas estrofas solo para  divertirse.

Si la respuesta es SI  analiza que haces luego de saber que necesitas que alguien te ayude.

Hablas con un amigo, con tus padres, con tu psicólogo, googleas (termino popular que se usa para definir la búsqueda en Google) o simplemente continuas pensando en otra cosa.

Todos necesitamos ayuda inclusive Jesús necesito de 12 apóstoles para difundir su palabra.

Pedir ayuda es una capacidad no  muy popular, y el saber pedirla y darla es una muestra de humildad.

Has observando que los mejores clientes para  pedir  ayuda son los niños.

Ellos tienen la capacidad  natural de  pedir lo que necesitan, sin preguntarse que pensara el otro.

Comienzan sus días llorando cuando quieren comer o necesitan de su madre y a medida que crecen vamos perdiendo esa capacidad, basados en el equivocado paradigma que debemos ser total y absolutamente independientes.

Cuando te resistes a pedir ayuda, no estas dejando que alguien te la ofrezca, de esta manera se esta cortando la cadena de solidaridad que los humanos debemos practicar.

Esta actitud son vitaminas para ti, ya que el saber pedir como el aceptar la ayuda de otros, permite que eleves tu espíritu y mejores tus cualidades.

Recuerdo una anécdota, que por razones obvias no mencionare en donde me ocurrió, ya que estaba en un parking o estacionamiento de carros o autos, y se me acerca un señor y me ofrece  dinero digamos unos $ 20 dólares, pesos  la moneda que más te guste, y a continuación me dice le doy este dinero si me presta su gato o crique (herramienta que se usa  para levantar el auto y cambiar un neumático).
Quedé impresionado ya que tengo la cultura de que ayudar es dar sin recibir nada a cambio, para este señor en su cultura o educación si no pagaba por la ayuda no la recibiría.

Ayudar y recibir ayuda es una bendición que no todos pueden practicar, pero en realidad todos podemos.

¿Hace mucho que no pides o  ayudas a alguien?


Regálate una satisfacción y practica este muy simple acto de humildad, te sentirás muy bien y no te costara.

V Roude