Dejamos que transcurra
el tiempo con la esperanza que el simple correr hará que las cosas sucedan.
Pero como todo
en la vida necesita que el protagonista ( o sea nosotros ) decidamos que queremos.
La mayoría de
las veces el fracaso es señal que algo necesita más atención, y en ese exacto
momento es cuando se manifiesta nuestra naturaleza, cuando decidimos, por acción
o por inacción, con cualquiera de las
dos opciones tendremos consecuencias, el
protagonista de esta historia ya había tenido malas consecuencias, decidió que no se repitan.
Todos tenemos
fracasos en nuestra vida, pero la decisión que sean temporales o permanentes es
lo que hace la diferencia, el así lo entendió.
Esta historia
real dejara ver la luz de cómo podemos usar el poder de nuestras cualidades
para convertirnos en seres extraordinarios.
Hay
una mística que existe y practicamos aunque no necesariamente la entendemos,
pues ella te trajo aquí.
Eres
bienvenido Gracias por tu presencia...