¿Podrías enojarte con un niño
si jugando, cruzar una calle sin ser
consciente del peligro que corre?
Este ejemplo ayuda a ilustrar
cuantas veces, en personas adultas podemos ver
actitudes o palabras,que denotan una falta total de conciencia y las consecuencias que eso les traerá.
Tenemos el hábito de asumir
que una persona adulta es consciente y responsable de sus actos, pero no es
así.
Cuando podemos reconocer esta
realidad, dejamos de insistir y de pretender educar a personas adultas que no
son responsables de sus vidas, cuando actúan
de manera inconsciente.
En este punto dejaras de
enojarte y pretender enseñar adultos que no cambiaran por tus lecciones, solo
lo harán por ellos mismos.
Ser tolerantes y comprensivos
es parte de nuestro aprendizaje, lo demás déjalo a quienes corresponda.
(Victor Roude)