jueves, 28 de mayo de 2015

MAESTRO, ¿CUAL ES EL SECRETO DE TU SERENIDAD?

La vida nos enfrenta todo el tiempo a situaciones impredecibles, que a veces ni los más adversa-dos pronosticadores podrían haber anticipado.
También en lo regular son situaciones que no queremos, y ahí comienza el sufrimiento cuando no aceptamos lo que nos pasa, una pérdida de personas queridas, una pérdida económica, una ruptura sentimental etc.
En todas las situaciones, nuestra mente se resiste aceptar la situación, ¿qué paso?  Nuestro ego perdió el control, se salió de los parámetros.
Aceptar los hechos que “creemos” no podemos controlar es parte de elevar nuestra energía y aprender que la aceptación, no debe ser resignación, aceptar es interpretar que es parte de la vida tener momentos duros que nos llevan a aprender.
Cuando más rápido nos adaptamos a una circunstancia menos sufrimos, no hablamos de ser indiferentes, o que nos resignemos como ovejas a decir bueno por algo debe haber ocurrido.
Aceptar significa no resistirnos desde nuestro interior, creyendo que si nos enojamos o sufrimos las cosas regresaran a lo que eran antes de pasar.
Entender que cada situación tiene una explicación, que todas las cosas pasan por un por qué y “siempre si siempre” son a nuestro favor, es parte de entender que la vida no te coloca situaciones para castigarte, si para crecer, y aceptarlas, es una actitud de madures y crecimiento espiritual y humano.
Un refrán dice “Dios sabe cómo hace sus cosas” y está referido a que en general las cosas que nos ocurren no son cuando nosotros queremos sino cuando es el momento indicado. Esos momentos rara vez ocurren automáticamente y a nuestro antojo, pero si analizas tus circunstancias en retrospectiva, deberás reconoces, si eres positivo luego de cada mal momento, termino resultando como un beneficio.
Recuerdas la frase:
El dolor es inevitable el sufrimiento es opcional.
 Esta frase lo resume muy claramente.

No sufras, acepta, coopera con lo inevitables y la sabiduría llegara a ti para entender aprender y adaptarte a lo nuevo.  


Bendiciones , Namastes
Victor  Roude