sábado, 13 de febrero de 2016

NO OLVIDEMOS AGRADECER y USAR LOS REGALOS QUE HEMOS RECIBIDO


 La sociedad ha promocionado popularmente la tan famosa intuición femenina, ellas las mujeres tienen una  percepción mucho más desarrollad que el hombre, esto no es un secreto.
Su naturaleza las doto de una sensibilidad especial que en general se  práctica de manera natural.

También debemos mencionar que este don no es exclusivo de la mujer todos los seres humanos poseemos esa cualidad.

Solo que los hombres se dice son más racionales, otra de los tantos mitos urbanos.

La realidad es que tanto hombres como mujeres somos intuitivos, la diferencia es que algunos se lo permiten ser más que otros.

Con el tiempo esta sociedad que vivimos se ha ocupado de privilegiar la mente como el órgano inteligente, cuando la verdad es otra.

La inteligencia proviene de una mente entrenada no autónoma, la mente por sí misma no decide.
La intuición es parte de la sabiduría que el universo emana y nuestras antenas receptoras perciben como verdaderas o no.

Como en toda cualidad que posemos cuando más la practicamos más diestros seremos en su uso.

En estas palabras de Albert Einstein  muy sabiamente ha expresado lo que nos está ocurriendo.

Como sociedad le damos más crédito a la mente que a la intuición,
Y los resultados saltan a la vista.

Creemos que si la mente nos indica algo es la verdad absoluta y nos sentimos seguros, luego los hechos indican que la intuición primera  o percepción de algo era la acertada, pero luego le pasamos el mando a la mente e  insistimos en repetir la misma modalidad.

Seguir practicando lo que no resulta es lo más cercano a la ignorancia inclusive por personas con Doctorados o Master’s degree    en algunas ciencias.

Nuestro sexto sentido es un regalo de la vida y usarlo hará que seamos más sabios e inteligentes en la vida.

Subir un escalón más en la escalera del crecimiento espiritual y humano no te producirá  vértigo, practica tus cualidades y comprobaras que gran parte de nuestros problemas, son simplemente por insistir en hacer lo que la mente nos indica.
Victor Roude